¿Para qué sirve la investigación?
Supongo que a estas alturas los habituales a este blog -a quienes agradezco sus visitas-, habrán llegado a la conclusión de que nuestro interés está centrado en la pregunta que sirve de título a este post. Obviamente, se necesita mucho espacio para responderla pues es un asunto complicado en el que intervienen una gran cantidad de factores.
A pesar de su complejidad, debemos reconocer que son pocos quienes hoy dudan de los beneficios que genera la investigación sobre nuestras vidas cotidianas y, por tanto, sobre la economía y el avance social. Buena prueba de ello, es el apoyo que los ciudadanos parecen otorgar a políticas de I+D e innovación.
En consonancia con estos hechos, los políticos han ido incrementando su interés por la ciencia y la innovación. Un buen ejemplo de este interés es la Agenda de Lisboa que establece como objetivo el incremento del gasto en I+D hasta alcanzar el 3% del PIB en 2010.
En España, no sólo se han incrementado los esfuerzos para alcanzar, o al menos aproximarse, al objetivo marcado, sino que los discursos políticos apuntan clara e irreversiblemente hacia un "cambio de modelo" centrado en una economía basada en el conocimiento, frente al modelo actual dominado por sectores menos tecnológicos.
Al margen de las críticas de signo partidista en las que no voy a entrar, y desde una perspectiva cuasi histórica de 17 años, he de reconocer que, gracias al esfuerzo de los diferentes gobiernos que ha habido a lo largo de este periodo se ha producido un avance notable. Obviamente, esto no quiere decir que todo lo que se ha hecho sea positivo. Mencionaré dos aspectos que me parecen especialmente preocupantes.
En primer lugar, la política de investigación debería ser una cuestión de Estado pactada por los partidos que pueden gobernar (PP y PSOE) de modo que exista estabilidad en los objetivos, las instituciones y las políticas.
En segundo lugar, no es oportuno transmitir la idea de que la investigación es la solución de todos nuestros problemas. La I+D y la innovación es condición necesaria para el mencionado "cambio de modelo", pero no es suficiente e incluso es posible que no sea lo más importante.
Entonces, ¿para qué sirve la investigación? Pues yo diría que depende.
En efecto, mientras que algunos resultados científicos no han servido ni servirán de mucho, salvo para dar una ocupación a quienes los desarrollan, otros resultados salvan miles de vidas, ahorran millones de euros o contribuyen a mejorar nuestra sociedad. Así es la ciencia, incierta y caprichosamente distribuida. Esto nos da una idea de lo resbaladiza que puede llegar a ser la política de investigación.
Los próximos mensajes servirán para profundizar en la búsqueda de una respuesta a nuestra pregunta.
Saludos.
A pesar de su complejidad, debemos reconocer que son pocos quienes hoy dudan de los beneficios que genera la investigación sobre nuestras vidas cotidianas y, por tanto, sobre la economía y el avance social. Buena prueba de ello, es el apoyo que los ciudadanos parecen otorgar a políticas de I+D e innovación.
En consonancia con estos hechos, los políticos han ido incrementando su interés por la ciencia y la innovación. Un buen ejemplo de este interés es la Agenda de Lisboa que establece como objetivo el incremento del gasto en I+D hasta alcanzar el 3% del PIB en 2010.
En España, no sólo se han incrementado los esfuerzos para alcanzar, o al menos aproximarse, al objetivo marcado, sino que los discursos políticos apuntan clara e irreversiblemente hacia un "cambio de modelo" centrado en una economía basada en el conocimiento, frente al modelo actual dominado por sectores menos tecnológicos.
Al margen de las críticas de signo partidista en las que no voy a entrar, y desde una perspectiva cuasi histórica de 17 años, he de reconocer que, gracias al esfuerzo de los diferentes gobiernos que ha habido a lo largo de este periodo se ha producido un avance notable. Obviamente, esto no quiere decir que todo lo que se ha hecho sea positivo. Mencionaré dos aspectos que me parecen especialmente preocupantes.
En primer lugar, la política de investigación debería ser una cuestión de Estado pactada por los partidos que pueden gobernar (PP y PSOE) de modo que exista estabilidad en los objetivos, las instituciones y las políticas.
En segundo lugar, no es oportuno transmitir la idea de que la investigación es la solución de todos nuestros problemas. La I+D y la innovación es condición necesaria para el mencionado "cambio de modelo", pero no es suficiente e incluso es posible que no sea lo más importante.
Entonces, ¿para qué sirve la investigación? Pues yo diría que depende.
En efecto, mientras que algunos resultados científicos no han servido ni servirán de mucho, salvo para dar una ocupación a quienes los desarrollan, otros resultados salvan miles de vidas, ahorran millones de euros o contribuyen a mejorar nuestra sociedad. Así es la ciencia, incierta y caprichosamente distribuida. Esto nos da una idea de lo resbaladiza que puede llegar a ser la política de investigación.
Los próximos mensajes servirán para profundizar en la búsqueda de una respuesta a nuestra pregunta.
Saludos.
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