La innovación, más allá de la I+D

En algunas de las entradas de este blog se ha mencionado la necesidad de insistir sobre la diferencia que hay entre I+D e innovación. El desafortunado término I+D+i que se ha acuñado en nuestro país para meter en el mismo saco las políticas de investigación y las de innovación ha podido ser causa de algunos de nuestros males.

Si bien es cierto que la investigación da lugar a conocimiento, no es verdad que cualquier resultado de investigación pueda acabar siendo una innovación. Por el contrario, hay numerosas innovaciones en todos los sectores que proceden de conocimiento aportado por no científicos. Este tipo de innovaciones no se distinguen de las anteriores en cuanto a su utilidad para hacer que las empresas incrementen sus beneficios.

Nos encontramos ante una situación económica crítica en la que echamos de menos la innovación en su sentido más amplio. Las empresas que innovan en productos o servicios obtienen de forma inmediata una ventaja competitiva sobre sus competidoras, generando empleo y valor añadido. Las instituciones públicas no deberían ser ajenas a la innovación, especialmente cuando toca hacer recortes. De hecho tanto en las empresas como en el sector público, muchos despidos podrían evitarse si se optimizaran los procesos o se incrementara la cartera de productos y/o servicios. En definitiva, innovar es probablemente, el mejor modo que tenemos de salir de la crisis airosamente.

Pero, ¿por qué nuestro país, pese a ser una potencia científica, no consigue trasladar el conocimiento al mercado?

En mi opinión, hay varios motivos siendo uno de ellos de carácter político: el excesivo énfasis que se ha hecho en la idea de que existe una relación directa Investigación > Desarrollo > Innovación.

Para promover la innovación es preciso que los que atesoran el conocimiento necesario, sean estimulados a proponer cambios y mejoras. No se me ocurre mejor incentivo que retribuir a los empleados innovadores -sean científicos o no-, con una proporción de los beneficios que generan sus ideas.

Lamentablemente, somos un país con escasos incentivos a innovar y, generalmente, no se premia la aportación de ideas. Mas bien ocurre lo contrario, es decir, aquellos que comparten sus ideas, a menudo ven como se las apropian otros que no reconocen nunca sus fuentes.

Termino este post indicando que, a partir de este mes de marzo, voy a colaborar con CIDI+ Biomed. Confío en que esa colaboración ayude a que este blog tenga más actividad... por mi parte :-)

Saludos y hasta la próxima.


También en cidiplus.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

Y volver, volver, volver a mi España otra vez

Unidades de Innovación en hospitales