Investigación y cambio de modelo

La reciente publicación del proyecto de Ley de presupuestos generales para el año 2010 ha generado una tensa polémica en la comunidad científica española. Por una parte, los investigadores reclaman que no haya recortes en los fondos destinados a I+D y, por otro lado, el Gobierno mantiente que la inversión experimentará un ligero aumento, una vez se sume la partida de la futura y anunciada Ley de Economía Sostenible.

Prefiero no entrar en la polémica y aprovechar la situación para apuntar algunos aspectos que considero relevantes para realizar una reflexión sosegada del problema.

1. El gobierno actual, como todos los anteriores, ha sido incapaz de hacer que la Ciencia fuese un asunto de Estado. Sin embargo, sería injusto no reconocer que también ha sido el que más se ha comprometido en el incremento de las partidas presupuestarias para la investigación.

2. Los anunciados recortes de financiación han saltado a todos los medios de comunicación lo que revela un mayor interés social en la I+D. Eso es un aspecto positivo. Recuerdo tiempos en los que el presupuesto era mucho menor y las quejas de los investigadores a penas trascendían.

3. Los recortes en investigación no deberían afectar en ningún caso a los grupos de investigación de calidad, sino a los grupos mediocres que inexplicablemente siguen percibiendo financiación para hacer proyectos de escaso interés. Es decir, el problema no es tanto el dinero que hay (mucho más que el que había hace 5 años) sino el modo en que éste se reparte.

4. Si bien es cierto que los fondos públicos son esenciales para que se realice investigación fundamental, hay que reconocer que este tipo de investigación no es la más importante para el anunciado "cambio de modelo". Para crear riqueza a partir de conocimiento hace falta contar con profesionales cualificados capaces de absorber los avances científicos y aplicarlos a nuevos procesos, productos o servicios (innovación).
  • Nota 1: el conocimiento científico no tiene fronteras y, por tanto, es posible aprovecharlo independientemente del lugar donde se haya producido.
  • Nota 2: el desafortunado término "I+D+i" que es comúnmente utilizado por políticos, científicos y medios de comunicación españoles, podría ser un síntoma de que las políticas de investigación e innovación en España presentan un error de base. Dedicaré un post en el futuro para hablar sobre ello.
5. Ni que decir tiene que el papel del sector privado en el nuevo modelo productivo debería ser más relevante. Si bien las empresas en España reciben gran cantidad de dinero público para I+D, esto podría tener un efecto perverso al dificultar una adecuada percepción del riesgo. En este sentido, los créditos son instrumentos más efectivos que las subvenciones, pues las empresas se juegan su dinero. Sin embargo, hay que decir que las empresas españolas necesitan algo más. Me refiero a otro escenario marcado por ejemplo, por un mercado de trabajo que permita incentivar la cualificación otorgando los mejores salarios a quienes más lo merecen.

Con ello, además, transmitiríamos una señal muy positiva a los jóvenes para que se invirtiesen más en educación pues la señal de precariedad que actualmente se transmite no es precisamente muy motivadora.

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